La sangre de la mujer embarazada contiene material genético (ADN) de su bebé.
Científicos de la Univ. de Stanford han logrado realizar un test que detecta anomalías genéticas en el ADN del bebé extrayendo sangre de su madre. De esta manera ya no es necesaria una amniocentesis para poder realizar un diagnóstico precoz de estas anomalías.
Esta nueva técnica podría convertirse en un test de rutina al ser no invasivo y permitir entre otros, el diagnóstico de Sme. de Down (Trisomía 21), Sme. de Edwards (Trisomía 18) y el Sme. de Patau (Trisomía 13).
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