
Ayer se fue un GRANDE. Agotado físicamente por una terrible enfermedad, pero entero y lúcido, vio por última vez la luz del mundo el Negro Fontanarrosa.
Hace unos años, después de enterarse de su enfermedad (esclerosis lateral amiotrófica), le preguntaron si no sentía injusto eso, si no se había preguntado: "por qué a mí?"...
el Negro, con la lucidez de pocos dijo: "y por qué no a mi? a otros les pasan otras cosas".
Sabiendo con qué cartas le tocaría jugar sus últimas manos, él nunca abandonó y sabiéndose perdedor, la siguió luchando...
En el primer chiste publicado del Negro se veían policías con cachiporras con manchas rojas de sangre y uno decía: "No hay ninguna duda... eran comunistas!". Desde aquél entonces se lució en cada género que se propuso: desde historietas hasta cuentos cortos, pasando por ponencias inolvidables como la de "Las malas palabras" en el Congreso de la Lengua Española.

El Negro alcanzó la gloria y sin embargo nunca dejó su querida Rosario, que ayer lo sintió como una puñalada artera que el destino le jugó a uno de sus más ilustres representantes, al más rosarino de los rosarinos, fiel exponente de la Rosarinidad al palo. Alguien que como pocos o tal vez ninguno, supo ganarse el respeto de canallas y leprosos, alguien idolatrado en Rosario, en Argentina y el Mundo.
El mismísimo titular de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, al enterarse de la fatal noticia, sacó de un cajón aquella camiseta de Central que el Negro le había obsequiado y la hizo agitar en pleno centro de Madrid.

Ese respeto sólo lo logran quienes siendo grandes permanecen en este mundo, sin creérselas. El Negro supo conjugar de manera magistral las ideas profundas y la simpleza del lenguaje con que llegaba a todo el pueblo.
En palabras del escritor Marcelo Birmajer:
"No sólo era un ejemplo de artista, sino de persona. No hay otro que haya combinado semejante talento con semejante humildad. Y a esta virtud tan infrecuente debemos agregarle la generosidad."

A los creyentes les queda el consuelo de encontrarlo alguna vez haciendo reir en alguna nube... pero a quienes no creemos en esas cosas, sólo nos queda bronca.
La muerte es el fin, nada sigue, pero algo queda. Y en este caso queda mucho... escritos, dibujos, entrevistas... todos ellos con algo en común: me movilizaban siempre, fui incapaz de leer algo del Negro y permanecer indiferente.
Al ver la vida como yo, con su punto final inevitable e irreversible en la muerte, es cuando me dan bronca estas pérdidas, el Negro tenía tanto para dar, tanto para "hacer sentir", su cerebro se llevó consiguo un cofre lleno de secretos que nunca más podremos disfrutar.
Negro, GRACIAS por TODO!
Negro... cuando sea GRANDE... quiero ser como vos!
Negro... cuando sea GRANDE... quiero ser como vos!

Acá se puede ver un post homenaje que hice el año pasado con motivo del premio otorgado por el Congreso Nacional. También algunos chistes y tiras del Negro.
Acá un video de un corto basado en un cuento del Negro e interpretado por Luis Brandoni:
Viejo con árbol: